Las Celestinas del siglo XXI
Muy a mi pesar he podido comprobar el hecho de que en ciertas circunstancias, no deja de sorprenderme algo, que pensaba superado en pleno siglo XXI. Hablo de las celestinas.
Pues sí, me refiero a ese personaje de la novela homónima de Fernando de Rojas en donde una mujer mayor, alcahueta y bruja, intercedía en el amor de dos personas con la finalidad de aproximarlas y hacer posible ese pequeño milagro que llaman amor y al que tantos quebraderos de cabeza trae consigo.
Y aunque ese personaje literario considero que está más que superado por completo, no deja de ponerme de mala leche, que ciertas personas no cejen en su empeño por emular las andanzas de tan siniestro personaje, si bien con medios diferentes, hacia mi persona. Ya he dejado claro de forma sutil, que por ahora no entra en mis planes tener novia ni nada aproximado a eso. Mis motivos tengo, pero parecen no importarles a la gente de mi entorno más próximo.
¿Acaso es importante el hecho de que tenga o no novia? ¿Qué ganan con que yo decida tener pareja? ¿Es que no puede nadie respetar las decisiones que toman las personas? ¿Es que está mal visto, o acaso políticamente incorrecto, que una persona decida no tenerla? Hago estas preguntas porque no logro entender qué pretenden con esa actitud. Lo digo porque mi amigo y colega Capitán Calandrada, ha decidido, por la impresión que me ha producido, aprovechando que me ha asignado el honorífico título de Visitante 1000 (titulo que incluso dudo sobradamente su autenticidad) abrir a la vez una especie de concurso de belleza para buscarme compañera de fatigas. Aunque entiendo que su intención pudiera ser noble o tener ese contenido... no deja de resultarme muy molesta, porque no necesito de nadie para que hagan el trabajo por mí. Se sobro y me basto solo para realizar esa tarea, que por ahora y sin que Dios lo remedie, he tomado la decisión de no emprender ninguna búsqueda de medias naranjas ni de nada que se le parezca sine die.
Pido lo que siempre he pedido: respeto a mis decisiones. Un respeto que parece que ni comparten algunos, como ya he denunciado en otra ocasión al hablar de la Vergüenza del anonimato, ni tampoco los más allegados. ¡Qué manía con que me eche novia! Pues os digo queridos desconocidos que: NO ME HECHO NOVIA PORQUE NO ME DA LA REAL OREDEN Y GANA DE HACERLO. El día que decida hacerlo, os puedo asegurar que el mundo será el último en enterarse y además para que eso suceda, se tiene que dar una serie de factores que, de momento y por ahora no se dan (ni en mucho tiempo creo que tampoco se darán), además, de que esa persona que esté conmigo y quiera compartir conmigo mis pequeños secretos... debe reunir una serie de cualidades tanto físicas -¡ojo!, que no pido la luna- como intelectuales que de momento no he logrado encontrar o no ha querido que la suerte o el destino viniera a encontrarme.
¡Pues anda que no hay personalidades famosas que gozan de su soltería y nadie se mete con ellos! ¡Es que en esta cloaca de mundo parece que ser soltero o querer serlo, a ciertos niveles, parece ser objeto de pecado! Suerte que algunas amigas, cuando las he comentado este tema, avalan mi decisión. Incluso el día que decida romper esa situación PORQUE YO TOME ESA DECISIÓN, incluso ya me han asegurado que la entenderán perfectamente. Lo que no logro entender es por qué ese interés, que parece como si fuera una cuestión de Estado, que yo decida no tener novia; y queridos desconocidos... no soy heredero a ninguna corona.
Y yo le pregunto al Capitán Calandraka, cuales son sus motivos para que haya hecho, lo que ha materializado. Se lo pregunto sinceramente porque, por mucho que me ponga a pensar y a intentar deducir algo coherente, no encuentro respuestas lógicas.
Pues sí, me refiero a ese personaje de la novela homónima de Fernando de Rojas en donde una mujer mayor, alcahueta y bruja, intercedía en el amor de dos personas con la finalidad de aproximarlas y hacer posible ese pequeño milagro que llaman amor y al que tantos quebraderos de cabeza trae consigo.
Y aunque ese personaje literario considero que está más que superado por completo, no deja de ponerme de mala leche, que ciertas personas no cejen en su empeño por emular las andanzas de tan siniestro personaje, si bien con medios diferentes, hacia mi persona. Ya he dejado claro de forma sutil, que por ahora no entra en mis planes tener novia ni nada aproximado a eso. Mis motivos tengo, pero parecen no importarles a la gente de mi entorno más próximo.
¿Acaso es importante el hecho de que tenga o no novia? ¿Qué ganan con que yo decida tener pareja? ¿Es que no puede nadie respetar las decisiones que toman las personas? ¿Es que está mal visto, o acaso políticamente incorrecto, que una persona decida no tenerla? Hago estas preguntas porque no logro entender qué pretenden con esa actitud. Lo digo porque mi amigo y colega Capitán Calandrada, ha decidido, por la impresión que me ha producido, aprovechando que me ha asignado el honorífico título de Visitante 1000 (titulo que incluso dudo sobradamente su autenticidad) abrir a la vez una especie de concurso de belleza para buscarme compañera de fatigas. Aunque entiendo que su intención pudiera ser noble o tener ese contenido... no deja de resultarme muy molesta, porque no necesito de nadie para que hagan el trabajo por mí. Se sobro y me basto solo para realizar esa tarea, que por ahora y sin que Dios lo remedie, he tomado la decisión de no emprender ninguna búsqueda de medias naranjas ni de nada que se le parezca sine die.
Pido lo que siempre he pedido: respeto a mis decisiones. Un respeto que parece que ni comparten algunos, como ya he denunciado en otra ocasión al hablar de la Vergüenza del anonimato, ni tampoco los más allegados. ¡Qué manía con que me eche novia! Pues os digo queridos desconocidos que: NO ME HECHO NOVIA PORQUE NO ME DA LA REAL OREDEN Y GANA DE HACERLO. El día que decida hacerlo, os puedo asegurar que el mundo será el último en enterarse y además para que eso suceda, se tiene que dar una serie de factores que, de momento y por ahora no se dan (ni en mucho tiempo creo que tampoco se darán), además, de que esa persona que esté conmigo y quiera compartir conmigo mis pequeños secretos... debe reunir una serie de cualidades tanto físicas -¡ojo!, que no pido la luna- como intelectuales que de momento no he logrado encontrar o no ha querido que la suerte o el destino viniera a encontrarme.
¡Pues anda que no hay personalidades famosas que gozan de su soltería y nadie se mete con ellos! ¡Es que en esta cloaca de mundo parece que ser soltero o querer serlo, a ciertos niveles, parece ser objeto de pecado! Suerte que algunas amigas, cuando las he comentado este tema, avalan mi decisión. Incluso el día que decida romper esa situación PORQUE YO TOME ESA DECISIÓN, incluso ya me han asegurado que la entenderán perfectamente. Lo que no logro entender es por qué ese interés, que parece como si fuera una cuestión de Estado, que yo decida no tener novia; y queridos desconocidos... no soy heredero a ninguna corona.
Y yo le pregunto al Capitán Calandraka, cuales son sus motivos para que haya hecho, lo que ha materializado. Se lo pregunto sinceramente porque, por mucho que me ponga a pensar y a intentar deducir algo coherente, no encuentro respuestas lógicas.
5 comentarios
Juana Inés -
Te avalo! te apoyo! me uno a tu club! y reinvindico la solteria hasta que al interesado/a le de la gana. Saludos!
CAPITAN CALANDRAKA -
Declan PainKiller -
CAPITAN CALANDRAKA -
CAPITAN CALANDRAKA -